CHILE. EL COSTO DE LA PAZ SOCIAL

Arturo Martínez, presidente de la CUT clausuró 8º congreso de la multisindical:

“Un Gobierno de derecha va a traer confrontación social”

Pregunta: ...si hoy existe más beligerancia entre trabajadores y empleadores, ¿qué se puede esperar en un gobierno de derecha?

-(Suspira) Eso cambia el cuadro totalmente, porque en la CUT muchas cosas buscamos resolverlas con diálogo, pero en un gobierno de derecha eso no va a ocurrir, nosotros no les vamos a apagar los incendios. Al contrario, vamos a estar en la calle permanentemente, porque sabemos que esa derecha no va a estar dispuesta a ceder. Que el país sepa: un gobierno de derecha va a traer confrontación social. Piñera sobre todo, él es una persona que en el mundo sindical no es aceptado, por su forma, por su estilo, por su oportunismo y creo que el movimiento sindical en ese escenario hipotético dejaría de buscar el diálogo, los acuerdos y entraría a la cancha con todo.

/Entrevista: Patricio Ojeda / Christian Palma. lanacion.cl, Lunes 7 de abril de 2008 .

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Para mí la política tiene que ver con un proyecto. Para otros la política es más bien un negocio.

El Mercurio, Domingo 30 de marzo de 2008. Entrevista. Senador Guido Girardi (PPD)pone fin a su prolongado silencio. Por: Raquel Correa

Sueldo ético y vivienda ética. Soluciones milagrosas de la Derecha chilena.

Es fácil y electorero proponer ideas efectistas, sobre todo si se le exige al Estado que las financie, mientras el Sr. Diputado Hernández (RN) y sus afines, atacan rabiosamente las proposiciones de la conferencia de Obispos acerca del sueldo ético.
La verdadera vivienda ética, debería ser aquélla que las familias pudieran construirse con los ahorros de un sueldo ético que deberían pagar los empresarios.
Un “genio” político y especulador de la Bolsa, propuso una idea más descarada: que el gobierno pagara con los excedentes del cobre, una subvención a todos aquellos que ganan un sueldo mínimo; medida que cumpliría con la proposición de la conferencia de Obispos y dejaría en “paz” a ciertos empresarios.
Es necesario reiterar que las pocas empresas estatales, que se salvaron de la maremoto privatizador “a huevo” de la dictadura cívico-militar, le financian hoy día a los empresarios la paz social que necesitan para maximizar sus ganancias. Sin Codelco, el gobierno no podría realizar su dispendiosa danza de subvenciones que hoy día frenan el descontento de los asalariados, en contra de ciertas empresas superexplotadoras. Chile es por ahora un hermoso paraíso, sin lucha de clases, gracias a las subvenciones. Pero esto traerá un costo político muy grande. La coalición que administra el país, que llegó al poder con el propósito de democratizar nuestra sociedad, está transformando a los ciudadanos en un rebaño de borregos apáticos y abúlicos, que no reaccionan frente a las injusticias. Frente a cualquier alza exhorbitante, sin justificación económica alguna, como el alza de la electricidad, los más pobres se dedican tranquilamente a llenar formularios, para que el gobierno les pague la cuenta directamente a la empresa eléctrica. Nadie protesta, ante las subvenciones que en realidad el Estado chileno paga a esa empresa eléctrica que de por sí ha obtenido ganancias fabulosas. Tampoco el gobierno encarga a una empresa extranjera independiente una auditoría, para que investigue la validez del alza de un 25% de las tarifas.
En ningún país del mundo, las empresas se pueden permitir esos abusos. Sólo en Chile.
Doy el ejemplo de Alemania. A mediados del año pasado (2007), la empresa multinacional sueca Vatenfall, que opera como una de las sumistradoras de energía en Alemania, subió repentinamente y sin explicación un 5% por ciento sus tarifas. La reacción de los ciudadanos (maduros y conscientes, como corresponde a una democracia), fue espontánea, sin que el gobierno tuviera que intervenir, pues en ese país, también el gobierno suele vacilar y temblar frente al poder del gran capital. En el lapso de dos meses, más de un millón de clientes renunció al suministro de electricidad, y se fueron a otras suministradoras. Vattenfal tuvo que disculparse públicamente ante la nación alemana y anular el alza. Los clientes, sin embargo, no volvieron. El escándalo y descalabro para esa firma fue completo cuando, después del alza de tarifas, se les incendió un reactor de una de sus centrales nucleares. Los clientes que la abandonaron se fueron a la industria de energía alternativa.

Exacto fue el caso de Telekom (firma similar a cierta telefónica de Chile): las tarifas de esa firma, eran tan desvergonzadamente altas, que en el plazo de un año, perdió más de un millón y medio de clientes (entre ellos, yo). Las tarifas en otras empresas, por contratos de teléfonos fijos, celulares e internet incluídos, correspondían a un tercio de las de Telekom.

Ante la fiebre subvencionadora (de la que en todo caso, no ha sido favorecida la clase media) la actitud de ciertos politicos que proponen subvenciones del Estado para cumplir con la recomendación de la Iglesia Católica, es irresponsable; tan irresponsable como su estilo de oposición cuyo objetivo es el poder por el poder.

La beligerancia política desatada en la actualidad por los políticos que he mencionado, ha llegado a tal punto de peligrosidad, que ha hecho necesaria la intervención pública del Cardenal de la Iglesia.

Concluyo: El gobierno, especialmente el actual, está desmovilizando la conciencia democrática difícilmente conquistada; está creando generaciones de mutilados mentales, que aceptan sin protestar cualquier injusticia, porque cualquier atentado a su bolsillo y al presupuesto familiar, le es restituído con subvenciones que se financian con los dineros del sobreprecio del cobre.

La derecha, por su parte, debería darse cuenta que su oportunista y peligrosa política de exigir que el gobierno le asegure la paz social a costa de subvenciones, es una espada de doble filo. Pero insisto: a pesar de que el gobierno hace todo lo posible por asegurar esa paz, la Derecha insiste en su lenguaje golpista.

Si se lograra revertir la situación política y la oposición actual llegara a ser gobierno, entonces allí los actuales repartidores de plata al “voleo”, desmovilizadores de la conciencia de los trabajadores; los “inquilinos” de casi tres décadas tuvieran que abandonar el Palacio de la Moneda, en ese momento se van a acordar que la “gente” se llama “pueblo”.
Esta “izquierda” acostumbrada al poder querrá volver a él, por cualquier medio, se acordará entonces de la fuerza y el poder de “las masas”; predicarán los “cambios estructurales” y lanzarán a la “gente”, perdón al “pueblo”; se declararán defensores de los recursos nacionales salvo que se siguiera “dándole rienda”a los medios de comunicación, especialmente los visuales, para que éstos siguieran con la farándula y el circo que mantiene al país embrutecido.

Querido lector: Si quiere embrutecer la conciencia de sus hijos, desayune, almuercen, tome "once" y cene, con el aparato de la TV encendida.

Nicolás Vega, Editor.